La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, elogió los esfuerzos de la Argentina por ordenar sus cuentas públicas y subrayó que la clave del resultado será la capacidad del Gobierno de sostener el respaldo ciudadano.
Durante una charla en el Milken Institute, antes del inicio de las Reuniones Anuales 2025 del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, Kristalina Georgieva analizó los desafíos de la disciplina fiscal en distintos países y mencionó a la Argentina como ejemplo de un ajuste en curso que busca reducir el déficit.
“Argentina está implementando un programa de ajuste muy drástico. El éxito va a depender de lograr que la gente acompañe”, expresó la titular del FMI.
La confianza, un factor decisivo
Georgieva sostuvo que la sostenibilidad de cualquier reforma económica depende en gran medida de la confianza que las sociedades depositan en sus dirigentes. Recordó casos de Europa Central y del Este donde gobiernos que aplicaron duros recortes —incluidos ajustes del 40% o 50% en pensiones y salarios— lograron ser reelegidos gracias al apoyo ciudadano.
“La gente los respaldó porque entendieron que esas medidas eran necesarias”, explicó.
En ese contexto, ubicó la experiencia argentina como un proceso de consolidación fiscal “complejo pero necesario”, en el que el acompañamiento social será determinante.
Negociaciones en Washington
Mientras tanto, una delegación argentina encabezada por el ministro de Economía, Luis Caputo, se encuentra en Washington negociando los detalles de un nuevo paquete de asistencia financiera con el Tesoro de Estados Unidos.
Consultada al respecto tras su exposición, Georgieva respondió brevemente: “Estamos trabajando, estamos trabajando”, sin ofrecer precisiones sobre el estado de las conversaciones.
Disciplina, crecimiento y credibilidad
En su intervención, la directora del Fondo advirtió que los países enfrentan el reto de combinar equilibrio presupuestario y crecimiento económico. Según explicó, reducir el déficit no implica solo recortar gastos, sino también promover la expansión productiva y generar señales de confianza hacia el sector privado.
“Un déficit persistente envía señales negativas a los mercados. Es importante mostrar un camino claro de reducción del desequilibrio”, señaló.
Georgieva también se refirió a la situación de Estados Unidos, destacando la “resiliencia” de su economía, aunque reconoció que los últimos indicadores muestran signos de enfriamiento. Consideró que la reciente baja de tasas de la Reserva Federal busca precisamente reimpulsar la actividad.
“Llevar a la gente con nosotros”
Al cierre, la titular del FMI reflexionó sobre el desafío político de aplicar medidas impopulares sin perder legitimidad. “Todavía no descubrimos cómo lograr que las personas comprendan que un gasto público creciente o un déficit alto no siempre son buenos para ellas”, admitió.
Y concluyó: “Necesitamos llevar a la gente con nosotros para resolver un problema que, de otro modo, seguirá pesando sobre las economías y frenando el crecimiento”.