En una decisión clave, el equipo económico de Javier Milei autorizó al Tesoro a intervenir en el mercado cambiario antes de que el dólar toque el techo de la banda. Economistas advierten que se trata de una “apuesta electoral” que pone en duda la sostenibilidad del plan económico.
El Gobierno nacional rompió con uno de los pilares centrales de su programa económico al anunciar que intervendrá en el mercado cambiario para contener al dólar, incluso cuando su cotización no haya alcanzado el techo de la banda flotante establecida con el FMI. La medida, comunicada por el secretario de Finanzas Pablo Quirno a través de su cuenta de X, llega en un contexto de alta volatilidad preelectoral y con crecientes tensiones dentro del oficialismo.
“El Tesoro Nacional anuncia que a partir del día de la fecha participará en el mercado libre de cambios con el fin de contribuir a su liquidez y normal funcionamiento”, publicó Quirno, marcando así un giro en la política monetaria.
La decisión deja atrás el esquema de libre flotación administrada, defendido por el ministro de Economía Luis Caputo ante el Fondo Monetario Internacional y los mercados. Este esquema preveía que el Banco Central solo interviniera si el dólar tocaba el techo de una banda que actualmente ronda los $1.470.
Según señalaron analistas, el nuevo enfoque implica una señal de debilidad en la estrategia oficial, con un uso anticipado de las reservas del Tesoro en un contexto donde el país atraviesa una frágil situación fiscal y financiera.
Una medida con olor a «trade electoral»
Economistas consultados coinciden en que la intervención busca contener el tipo de cambio hasta las elecciones legislativas provinciales y nacionales, aunque advierten que se trata de una maniobra riesgosa.
“La apuesta es netamente electoral. Si el Gobierno obtiene un mal resultado en la provincia de Buenos Aires, tendrá que convalidar un tipo de cambio más alto. La Argentina no tiene herramientas para vender dólares que no posee”, afirmó Alfredo Romano, presidente de Romano Group.
El Tesoro cuenta con unos USD 1.700 millones disponibles, que no forman parte del último desembolso del FMI (USD 14.000 millones). Este fondo, según fuentes oficiales, sería suficiente para mantener la intervención durante unas semanas, aunque de no mediar un cambio de clima político, podría agotarse rápidamente.
Preocupación en los mercados: bonos y acciones en caída
Las consecuencias no se hicieron esperar: según Bloomberg, los bonos soberanos argentinos con vencimiento en 2035 cayeron 1,4 centavos por dólar, alcanzando su valor más bajo desde abril. El peso argentino también se depreció más del 2%, mientras que el dólar blue subió a $1.370.
El economista Christian Buteler fue categórico:
“Este anuncio contradice lo que vienen diciendo desde el inicio de la gestión. En un esquema de bandas, el dólar debe moverse libremente. Esto es lo contrario”.
Por su parte, Gabriel Caamaño (Outlier) consideró que el esquema de bandas “está muerto”.
“Que el Tesoro salga a vender para sostener el dólar es una mala señal. Hay pagos por más de USD 4.000 millones en enero y el Tesoro tiene solo 1.700 disponibles. Se confirma que la prioridad es llegar a octubre con el dólar estable. Después, veremos”, sostuvo.
FMI, reservas y la credibilidad en juego
Aunque el Gobierno asegura que la intervención fue consultada y aprobada por el FMI, la jugada refuerza las dudas sobre la viabilidad de sostener el plan económico después de las elecciones.
“Es otra muestra del desorden de la política monetaria”, advirtió Caamaño. “Nada se resuelve este fin de semana. Todo está pasando demasiado rápido”, agregó.
Desde Morgan Stanley también se mostraron cautos: “Las elecciones provinciales del domingo son un obstáculo de corto plazo para la economía, las reformas y el mercado”, y señalaron que el clima electoral se interpreta como un referéndum sobre los dos primeros años de gestión de Milei.
📌 El contexto de denuncias de corrupción, tensiones políticas internas y un mercado financiero que opera con máxima cautela hacen de este septiembre un mes clave para la economía argentina. La pregunta que se hacen los inversores y analistas es una sola: ¿cuánto más puede sostener esta estrategia sin respaldo firme de reservas ni gobernabilidad política?