Tras los brutales asesinatos de Brenda, Morena y Lara, el Episcopado pidió respuestas urgentes. Advirtió sobre el abandono de los barrios vulnerables y exigió una presencia estatal “inteligente y efectiva” ante el poder creciente del narcotráfico.
La conmoción social por el triple femicidio de Lara Gutiérrez (15), Brenda del Castillo (20) y Morena Verdi (20) en Florencio Varela, atribuido a conflictos vinculados al narcotráfico, encontró un nuevo eco institucional: la Iglesia Católica emitió una dura declaración pública, en la que reclama al Estado una presencia más firme y eficaz en los barrios más golpeados por la violencia y el abandono.
“La muerte y el dolor no pueden apropiarse de la vida de nuestros hermanos”, alertó la Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia del Episcopado, en un documento difundido este jueves. La misiva, firmada por el cardenal Vicente Bokalic, apunta directamente al avance narco en los sectores más vulnerables y exige una acción estatal que deje de ser meramente reactiva.
“Una vez más nos encontramos frente a un episodio trágico, producto del avance del narcotráfico, especialmente en los barrios más vulnerables de nuestro país”, sostuvo el comunicado.
📌 Un crimen que sacudió al país
El asesinato de las tres jóvenes, ocurrido esta semana en la zona sur del conurbano bonaerense, fue atribuido a bandas narco que operan con impunidad en barrios sin presencia efectiva del Estado. El crimen reavivó el debate sobre la inacción estructural de los gobiernos frente a la violencia organizada, y se convirtió en el punto de partida de una nueva intervención del Episcopado.
La declaración, que incluye un fuerte mensaje de solidaridad con las familias de las víctimas, también cita palabras del Papa Francisco:
“Los traficantes de drogas son traficantes de muerte. Esta plaga exige un acto de valentía por parte de toda la sociedad”.
🕊️ La voz de los barrios: curas villeros y obispos en alerta
En sintonía con el comunicado episcopal, también se expresaron referentes territoriales de la Iglesia. El obispo de San Justo, Eduardo Horacio García, afirmó en una entrevista con Infobae en Vivo:
“Solo aparecen en los medios los hechos aberrantes. Pero esta es una situación cotidiana. Hay muertes anónimas todos los días en nuestros barrios”.
Además, denunció que “el narcotráfico está tan naturalizado que es común que el kiosquero venda falopa y que los chicos del secundario terminen trabajando como perejiles para los narcos”.
Por su parte, el Equipo de Sacerdotes de Barrios Populares emitió un comunicado paralelo, en el que acusó a las autoridades de “soltarle la mano a la vida”:
“Hace décadas que el narcotráfico se enseñoreó en nuestras comunidades. Nos preocupa la desconexión total entre la política y la realidad. Necesitamos un Estado presente, inteligente y efectivo. Lo que vemos es intervención para la campaña, no para la gente.”
🧱 “Urbanización y oportunidades”: el reclamo concreto
Más allá de la denuncia, la Iglesia propone una salida basada en la urbanización integral de los barrios, el acompañamiento comunitario y el acceso real a oportunidades, especialmente para jóvenes. En ese sentido, el documento valora el rol de las organizaciones eclesiales y sociales que siguen trabajando en los territorios, muchas veces “solas” frente al avance del narco.
“La presencia de la Iglesia en los barrios es esencial para que la muerte no se adueñe de la vida”, concluye el documento.
⚠️ Contexto político y reacción
El impacto del crimen llegó al plano político. El diputado José Luis Espert responsabilizó al gobernador Axel Kicillof y a “intendentes cómplices” del narcotráfico en la provincia de Buenos Aires. En tanto, dirigentes de Juntos por el Cambio y referentes sociales piden una política de seguridad integral, con foco en prevención, inteligencia criminal y protección de la niñez.
Mientras tanto, el dolor por Brenda, Morena y Lara sigue latiendo en Florencio Varela, convertido en símbolo del drama cotidiano que atraviesa cientos de barrios invisibles.