Matías Jurado, de 37 años, fue aprehendido en su casa tras la investigación por la desaparición de un hombre en situación de calle. En la vivienda encontraron restos óseos y piel humana. No descartan que haya más víctimas
Matías Jurado, el presunto asesino serial de 37 años aprehendido en su casa del barrio Alto Comedero, en San Salvador de Jujuy, donde se hallaron restos óseos y piel humana, será acusado esta tarde por el homicidio de un hombre en situación de calle que desapareció sin dejar rastros luego de subirse a un remis con él. Sospechan, al mismo tiempo, que está involucrado en, al menos, otras cuatro desapariciones.
La presentación formal ante el juez de control Gastón Mercau será realizada por el equipo de fiscales liderados por Guillermo Beller, en una audiencia que se realizará a las 16, indicaron fuentes del caso a Infobae. El magistrado definirá si le dará prisión domiciliaria al imputado y, en caso de hacerlo, el plazo que deberá cumplir. Esa medida, en el sistema acusatorio, tiene un máximo de 1 año sin sentencia.
Mercau, además, determinará si se trata de una investigación compleja, tal como esperan desde el Ministerio Público de Jujuy, encabezado por el fiscal general Sergio Lello Sánchez. Aunque podría conceder 3 años para esa tarea, creen que no será necesario tanto tiempo para esclarecer el caso.
Mientras tanto, la investigación continúa en dos sentidos: efectivos de la División de Búsqueda de Personas de la policía de Jujuy bucea en los reportes de desapariciones en los últimos años. Por otro lado, esta semana antropólogos trabajarán en la vivienda. Sospechan que podrían encontrar más restos en el terreno.
Entre las evidencias principales contra Jurado se encuentra el peritaje superficial sobre el predio de la vivienda, en el que se encontraron los restos. Esto sucedió tras el testimonio del sobrino de 16 años del supuesto asesino, quien marcó sitios precisos a los forenses donde su tío habría enterrado y desperdigado fragmentos de los cuerpos, que también habría quemado y ocultado en bolsas de consorcio que lanzó en basurales.
Los investigadores quieren recolectar muestras del resto de la casa en busca de ADN de posibles víctimas, en paredes, ropa, etc. Incluso, las fuentes indicaron que encontraron sangre dentro de un recipiente con combustible.
Por otro lado, los fiscales cuentan con otra prueba clave: una cámara de seguridad del sistema 911 que mostró a Jurado subirse a un auto con un hombre en situación de calle. Con esas imágenes, lograron ubicar al chofer del vehículo y le consultaron a dónde los había llevado. El remisero marcó la llamada “casa del horror”.
En tanto, los vecinos también relataron que veían al acusado llegar con hombres a la casa. No los veían salir. Esta secuencia ocurría los días viernes, tal como relató el principal testigo: su sobrino. El chico, además, indicó que sabía que ese día de la semana, “pasaban cosas malas”. Se espera que amplíe su declaración en los próximos días.
El expediente cuenta, además, con ropa secuestrada. Sería la misma que usaba el hombre desaparecido, identificado como Jorge Omar Anachuri. Por último, el seguimiento de antenas dio que el celular de otro de los hombres buscados se apagó en cercanías a la casa del horror.
En la causa trabajan tres representantes del Ministerio Público, pero Beller proyecta sumar un cuarto debido a la gran tarea investigativa que tienen por delante, según adelantaron las fuentes a Infobae.
Jurado estuvo preso en varias ocasiones y recibió varias condenas por robos violentos con armas, la primera siendo menor de edad, a los 17 años, y la más reciente en 2018, con una sentencia de tres años y cuatro meses. Desde 2021, se encontraba en libertad.
Modus operandi
El modus operandi de Jurado, según la reconstrucción de los investigadores y los testimonios recabados, presentaría una secuencia con patrones reiterados que alertaron a las autoridades y hablan de la obra de un asesino en serie.
Elegía los días viernes para dirigirse a puntos donde solían encontrarse personas en situación de calle.
En esos encuentros, ofrecía trabajos circunstanciales —como changas en la terminal— o bebidas alcohólicas.
Con este método, conseguía persuadir a las personas para que lo acompañaran hasta su domicilio en el barrio Alto Comedero.
Una vez que accedían a entrar en la casa, las víctimas eran recibidas solo por Jurado; el adolescente que vivía con él solía retirarse.
Los investigadores sospechan que, dentro de la vivienda, Jurado sometía a sus víctimas y procedía a descuartizarlas. Algunos restos humanos eran enterrados en el mismo domicilio, otros se quemaban con la finalidad de reducirlos y parte de ellos se colocaban en bolsas de consorcio que luego eran descartadas en basurales de la zona.
En el interior de la casa, las herramientas halladas por los peritos —como palas, bolsas, carretillas y ollas— formarían parte del cuadro que acompañaría este accionar por el que fue detenido.
El Fiscal General, Sergio Lello Sánchez, había detallado este sábado que la causa comenzó formalmente el miércoles y que, mediante el análisis de cámaras de seguridad, se logró identificar a un individuo vinculado a uno de los desaparecidos.
“Aparentemente, se habría llevado a una de las personas desaparecidas. Tenemos indicios fuertes, pero está pendiente de acreditación”, señaló Lello Sánchez por entonces.
Esta identificación permitió allanar su domicilio y proceder a su detención, junto con la de un menor de edad que se encontraba de forma circunstancial en el lugar: su sobrino, quien está siendo asistido y acompañado por la secretaría de Niñez.