El exdirector del FMI advirtió que Argentina debería aprovechar el apoyo del Tesoro estadounidense para avanzar hacia un esquema de tipo de cambio flotante. También remarcó la necesidad de un acuerdo político amplio para consolidar el rumbo económico.
El economista Alejandro Werner, exdirector del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), afirmó que Argentina debería liberar el tipo de cambio tras el reciente respaldo financiero del Tesoro de Estados Unidos, y consideró que el país enfrenta una oportunidad única para redefinir su política monetaria y cambiaria.
En declaraciones realizadas durante una transmisión de Infobae en Vivo, Werner sostuvo que la participación del Tesoro norteamericano representa un cambio de paradigma con respecto al esquema de asistencia internacional predominante en los últimos años, donde el FMI fue el actor central. Según el economista, este nuevo escenario puede generar mayor previsibilidad y confianza si se acompaña de decisiones firmes.
“Nunca vas a estar en una posición más fuerte para sacar la banda [cambiaria] que en ese momento”, afirmó Werner, en relación con un posible anuncio próximo del FMI sobre la reestructuración de los pagos previstos para 2026.
Un nuevo escenario geopolítico y económico
Werner comparó la actual arquitectura financiera con la que rigió durante los últimos siete años y destacó que la entrada del Tesoro de EE.UU. introduce un actor con mayor capacidad de influencia geopolítica. En ese sentido, consideró que el swap recientemente anunciado por Washington “es un complemento muy importante del programa del Fondo”, aunque todavía persisten dudas sobre su eventual condicionalidad.
Además, remarcó que esta movida forma parte de una estrategia estadounidense para contrarrestar la creciente influencia de China en América Latina. “Estados Unidos busca aliados para formar un bloque que le complique a China tanto la expansión geopolítica como la económica”, señaló.
Una oportunidad para estabilizar
El exfuncionario subrayó que el contexto actual abre una ventana para estabilizar la economía argentina, pero advirtió que esto dependerá de la capacidad política del Gobierno para construir consensos amplios.
“Los mercados no se mueven solo con los datos de hoy, sino con las expectativas de los próximos diez años”, explicó. “Si vas a invertir en una mina, querés saber que no te van a cambiar las reglas en cinco años”.
En ese marco, consideró crucial que se envíen señales claras de compromiso con la sostenibilidad fiscal, incluso más allá del actual gobierno. “El déficit cero y la sostenibilidad de la deuda deben ser anclas permanentes de la política económica argentina, gobierne quien gobierne”, planteó.
El rol del Congreso y las provincias
Werner también se refirió a las tensiones políticas en el Congreso, advirtiendo que trabar el acceso al financiamiento externo podría ser percibido como un intento de desestabilización. Sugirió que la oposición adopte una estrategia más constructiva, presentando propuestas con alto impacto político y social.
Respecto al papel de las provincias en sectores estratégicos como la minería, el economista recordó que el Gobierno nacional conserva herramientas decisivas: “El gobierno federal puede poner retenciones a las exportaciones de cobre y se acabó”, ejemplificó.
Expectativas y desafíos
Por último, Werner insistió en que la señal más potente para los inversores será la previsibilidad de largo plazo. Y planteó que una intervención del FMI podría materializarse si el Tesoro de EE.UU. considera que el plan argentino se desvía de los objetivos planteados.
“Si el Tesoro empieza a ver que esto no va por el camino que ellos pensaban, le van a decir al Fondo: ‘Ahora vete tú a Buenos Aires’”, ironizó.
Con una visión crítica pero constructiva, Werner dejó planteada una hoja de ruta donde la técnica y la política deben ir de la mano. Para el economista, Argentina cuenta hoy con condiciones externas inusualmente favorables. El desafío, advirtió, es saber capitalizarlas.