Multinacionales que se van: por primera vez en 22 años la inversión extranjera directa arrojó un saldo negativo

El flujo neto de capitales internacionales cambió de signo en 2025. En valores ajustados por inflación, la salida de fondos marca un hecho inédito para la serie histórica del Banco Central.

Por primera vez desde 2003, la inversión extranjera directa (IED) en la Argentina registró un saldo acumulado negativo. Según la serie mensual elaborada por el Banco Central (BCRA) en valores constantes, entre enero y noviembre de 2025 se verificó una salida neta de capitales por USD 1.521 millones. El dato representa un quiebre histórico en el indicador y confirma un proceso de desinversión empresaria que atraviesa sectores clave de la economía.

La cifra contrasta con los registros positivos de los últimos años y marca un punto de inflexión en la dinámica de los flujos corporativos. Mientras que el promedio anual de IED fue de USD 3.235 millones entre 2016 y 2019, y de USD 953 millones en el período 2020–2023, en los primeros once meses de 2025 el flujo se revirtió y pasó a terreno negativo.

El saldo rojo se explica principalmente por la venta de activos y compañías controladas por capitales extranjeros, cuyos propietarios decidieron transferir sus operaciones locales. Según fuentes del BCRA, la salida de divisas asociada a estas operaciones es el factor determinante detrás del resultado registrado en la estadística oficial.

Uno de los casos más emblemáticos fue la venta de Profertil, una de las principales productoras de fertilizantes del país. La operación implicó la transferencia del 50% de la compañía que estaba en manos de la canadiense Nutrien a compradores locales, y se sumó a una serie de movimientos similares protagonizados por multinacionales en distintos rubros.

El fenómeno se replica en sectores estratégicos como energía, banca, consumo masivo y telecomunicaciones. En el ámbito energético, el proceso comenzó a fines de 2024, cuando compañías como ExxonMobil y Petronas iniciaron su salida de activos en Vaca Muerta. ExxonMobil vendió la totalidad de sus intereses en la formación a Pluspetrol por una cifra estimada en USD 1.700 millones, mientras que Petronas avanzó en su retiro del proyecto de gas natural licuado que compartía con YPF y analizó desprenderse de su participación en La Amarga Chica.

La francesa TotalEnergies también evaluó la venta de concesiones en el norte de Neuquén, y la noruega Equinor contrató al Bank of America para buscar compradores para sus activos en Bandurria Sur y Bajo del Toro Norte. En todos los casos, las empresas fundamentaron sus decisiones en cambios de estrategia global, búsqueda de eficiencia y reconfiguración de su exposición a determinados entornos regulatorios.

En consumo masivo, Procter & Gamble concretó la venta de su filial argentina al grupo Newsan, lo que significó la salida del conglomerado estadounidense del mercado local. Carrefour, en tanto, mantiene su intención de abandonar el país, aunque aún no cerró la operación y continúa en la búsqueda de un comprador para su red de supermercados.

En telecomunicaciones, Telefónica vendió durante 2025 su operación argentina a Telecom Argentina por aproximadamente USD 1.245 millones, traspasando la mayoría de sus activos a un grupo de control local. Un patrón similar se observa en el sector de medios, donde Paramount inició el proceso de venta de Telefe y otras señales en el marco de una estrategia de repliegue regional.

El economista Pedro Martínez, de la consultora PxQ, explicó que el dato negativo no implica necesariamente una presión futura sobre el mercado cambiario. “No es un fenómeno que vaya a generar un riesgo para el balance cambiario. Es una consecuencia directa de la relajación del cepo y de la magnitud de las operaciones de desinversión”, señaló.

El informe de PxQ identifica causas tanto externas como internas. Entre las primeras figuran las decisiones de las casas matrices de reducir exposición en mercados emergentes. A nivel local, las empresas mencionan la incertidumbre macroeconómica, las restricciones cambiarias, las dificultades para girar utilidades y el deterioro del clima de negocios. Según fuentes relevadas por la consultora, muchas multinacionales optaron por irse porque “se cansaron de la Argentina y del maltrato”.

El Gobierno de Javier Milei puso en marcha el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) con el objetivo de revertir esta dinámica y atraer nuevos proyectos de gran escala. De acuerdo con PxQ, la medida logró desacelerar la salida de empresas, aunque no revirtió la tendencia general: la mayoría de los activos vendidos por multinacionales fueron adquiridos por grupos de capital nacional.

Los registros del BCRA confirman el diagnóstico. El saldo negativo de la IED en 2025 es el primero en veintidós años y refleja un cambio profundo en la estructura del capital extranjero en el país. La inversión directa pasó de ser un canal neto de ingreso de divisas a convertirse en una vía de salida de recursos, consolidando un nuevo escenario para la economía argentina.

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