El Ministerio de Seguridad actualizó los listados de sustancias y precursores químicos ante la posible llegada de esta droga sintética ultrapotente. La policía de São Paulo reporta un aumento de incautaciones y ya se registraron muertes por sobredosis en varios países.
El Gobierno argentino lanzó una alerta ante la circulación de los nitacenos, una nueva clase de opioides sintéticos que supera en potencia al fentanilo. Fabricados únicamente en China hasta el momento, estos compuestos ya fueron detectados en Brasil, Estados Unidos, Canadá y México, y representan un riesgo sanitario y social extremo.
El isonitaceno, la variante más común, es entre 250 y 900 veces más potente que la morfina, mientras que otros análogos pueden alcanzar hasta 4.300 veces la potencia de este opioide. En dosis mínimas, puede causar depresión respiratoria, paro cardíaco y muerte.
Brasil se convirtió en el primer foco regional de alerta. Según datos de la Policía de São Paulo, entre julio de 2022 y abril de 2023, el 95% de las incautaciones de opioides contenían nitacenos, ya sea como droga principal o mezclados con otros opioides.
El Sistema de Alerta Temprana de la ONU registró desde 2019 179 casos vinculados a nitacenos, con un 89% de letalidad, concentrados principalmente en Estados Unidos, Canadá, Europa y Brasil. A diferencia del fentanilo, no existe actualmente un antídoto eficaz para revertir la sobredosis.
En Argentina, el Ministerio de Seguridad implementó medidas preventivas: actualización de listados de sustancias y precursores, creación de un Centro Regional de Información para Drogas Sintéticas, inspecciones a operadores químicos, fortalecimiento de laboratorios antidrogas y sistemas de alerta temprana. En 2024, el país registró 1.008.633 unidades de drogas sintéticas incautadas, un aumento del 73% respecto a 2023.
El antecedente del fentanilo en Norteamérica demuestra la magnitud del riesgo: la droga fabricada en China provocó más de 110.000 muertes en un solo año y se convirtió en la principal causa de muerte entre jóvenes de 18 a 49 años.
Las autoridades argentinas buscan cerrar vacíos legales y reforzar controles para evitar que los nitacenos provoquen una crisis sanitaria aún más grave que la del fentanilo, mientras siguen monitoreando su posible ingreso al país a través de rutas de tráfico desde Brasil y Paraguay.