El estadounidense era una de las figuras más queridas del ajedrez mundial y un referente en la enseñanza online del juego. Hasta el momento, no se difundió la causa del fallecimiento.
El mundo del ajedrez atraviesa horas de conmoción tras la muerte de Daniel Naroditsky, gran maestro internacional e influyente creador de contenido, a los 29 años. El Centro de Ajedrez de Charlotte, institución con la que colaboraba activamente, confirmó la noticia este martes, aunque no precisó las causas del fallecimiento.
Naroditsky, conocido entre sus seguidores como “Danya”, combinaba su carrera profesional en los tableros con una destacada labor como divulgador del ajedrez en línea. Sus transmisiones en YouTube y Twitch reunían a miles de aficionados de todo el mundo, quienes valoraban su carisma, claridad didáctica y su estilo de análisis.
“Pedimos que se lo recuerde por su pasión y amor por el juego, y por la alegría e inspiración que nos brindó cada día”, expresó su familia en un comunicado difundido por el Centro de Ajedrez de Charlotte.
Un talento precoz que conquistó el mundo del ajedrez
Nacido en 1995 en el condado de San Mateo, California, hijo de inmigrantes judíos provenientes de Ucrania y Azerbaiyán, Naroditsky mostró desde pequeño un talento excepcional. A los 12 años se consagró campeón mundial Sub 12, y a los 18 obtuvo el título de gran maestro, el máximo reconocimiento otorgado por la FIDE (Federación Internacional de Ajedrez).
A lo largo de su trayectoria se mantuvo entre los 200 mejores jugadores del mundo en ajedrez clásico y destacó especialmente en la modalidad blitz, de ritmo rápido, donde llegó a figurar entre los 25 mejores a nivel global. En agosto de 2025, se había proclamado campeón nacional de blitz de Estados Unidos, consolidando su lugar entre la élite.
Además de su carrera competitiva, publicó varios libros de estrategia y teoría ajedrecística, combinando el rigor técnico con un lenguaje accesible para jugadores jóvenes y aficionados.
Una figura clave del ajedrez digital
Con su estilo pedagógico cercano, Naroditsky fue uno de los grandes impulsores del auge del ajedrez online. Bajo su alias “Danya”, comentaba partidas en vivo, analizaba encuentros de grandes maestros y ofrecía lecciones gratuitas a través de sus canales de redes sociales.
Su último video, publicado el viernes pasado bajo el título “¿Pensaste que me había ido?”, mostraba al gran maestro de regreso tras una breve pausa creativa. En esa grabación, prometía volver “mejor que nunca”, mientras analizaba partidas en tiempo real desde su estudio.
Graduado en Historia por la Universidad de Stanford en 2019, Naroditsky residía en Charlotte, Carolina del Norte, donde dedicaba buena parte de su tiempo a formar a jóvenes talentos en el Centro de Ajedrez local.
Apoyo, controversias y legado
En 2024, el estadounidense fue objeto de controversia cuando el excampeón mundial Vladimir Kramnik lo acusó públicamente de hacer trampa en partidas online. Naroditsky negó categóricamente las acusaciones, recibiendo el respaldo de numerosos colegas, entre ellos el popular gran maestro Hikaru Nakamura, quien calificó las denuncias de “irresponsables y sin pruebas”.
Su fallecimiento generó una ola de condolencias global. Figuras como Magnus Carlsen, Anish Giri, Wesley So y decenas de grandes maestros expresaron su dolor y admiración en redes sociales.
“El mundo del ajedrez está muy agradecido”, escribió Nakamura.
“Todavía no puedo creerlo. Siempre fue un privilegio jugar, entrenar y comentar con Danya, pero sobre todo, llamarlo mi amigo”, publicó el holandés Benjamin Bok.
En América Latina, donde su contenido era traducido y seguido por miles de aficionados, también se multiplicaron los mensajes de homenaje. Clubes, entrenadores y canales educativos destacaron su legado como uno de los grandes divulgadores del ajedrez moderno.
Un adiós prematuro
A los 29 años, Daniel Naroditsky deja una huella indeleble en el tablero y en la comunidad digital que ayudó a construir.
Su partida enluta no solo al ajedrez estadounidense, sino a una generación de jugadores que aprendió a amar el juego gracias a su voz, su pasión y su ejemplo.