El entrenador no logra encontrarle la vuelta a un equipo sin respuestas y crecen las dudas entre los hinchas sobre su continuidad. El Monumental ya hizo oír su malestar.
La preocupación se instaló en Núñez. River atraviesa su peor momento desde el regreso de Marcelo Gallardo al club, y los hinchas ya se preguntan si el ciclo del “Muñeco” está llegando a su fin. El equipo acumula derrotas impensadas, un nivel de juego muy por debajo de lo esperado y, lo que hasta hace poco era impensable, comenzaron los insultos en el Monumental.
River, pendiente de otros resultados
La imagen lo dice todo: los hinchas “millonarios” siguieron atentos el empate 1-1 entre Platense y Riestra, porque una victoria del equipo de Vicente López podía dejar a River fuera de los puestos de clasificación a la Copa Libertadores por tabla anual.
Esa preocupación por mirar resultados ajenos resume el presente del conjunto de Gallardo, muy lejos de aquel River dominante de su primer ciclo, el de las Copas Libertadores y las gestas internacionales que le valieron una estatua.
Caídas y récords negativos
El River actual acumula su peor racha en 15 años, con derrotas consecutivas en el Monumental frente a rivales de menor jerarquía, como Riestra y Sarmiento.
La última vez que el club había perdido cuatro partidos seguidos fue en 2010, cuando Gallardo todavía era jugador. Las estadísticas duelen, pero lo que más preocupa es la falta de reacción futbolística y anímica de un plantel que parece haber perdido confianza.
Señales de desgaste
En otro momento, las palabras del “Muñeco” bastaban para recuperar la fe. Sus arengas, su liderazgo y su carisma lograban recomponer a un vestuario golpeado. Hoy, ese efecto parece haberse diluido.
“Equipo en construcción”, repitió hace unas semanas Gallardo, pese a que el club invirtió millones en refuerzos. Los hinchas ya no ocultan su descontento y, aunque los insultos del domingo se dirigieron principalmente a los jugadores, en el ambiente se percibe que la figura del DT también está en la mira.
Pruebas, cambios y más dudas
Gallardo probó distintos esquemas, nombres y variantes, pero ninguno dio resultado. En el mediocampo, volvió a confiar en Enzo Pérez, referente de la etapa gloriosa, pero el mendocino no logró sostener el nivel. Por ese puesto pasaron Villagra, Kranevitter, Portillo, De la Cuesta y Kevin Castaño, sin éxito.
Incluso sorprendió al ubicar como volante central al juvenil Thiago Acosta, de perfil más ofensivo, lo que reavivó las críticas sobre la falta de coherencia en las decisiones tácticas.
Un futuro incierto
El contrato de Gallardo finaliza a fin de año, y aunque todo indicaba que sería renovado después de las elecciones en el club, hoy nada está asegurado.
El gran objetivo inmediato es clasificar a la Copa Libertadores 2026, ya sea por tabla anual, por el Torneo Clausura o por la Copa Argentina, donde enfrentará a Independiente Rivadavia en semifinales el 24 de octubre.
Lo que viene
El calendario no da respiro: el próximo sábado River visitará a Talleres de Córdoba, luego jugará ante Gimnasia en el Monumental, el Superclásico frente a Boca en la Bombonera y cerrará con Vélez en Liniers.
El clásico puede convertirse en un punto de quiebre: un triunfo podría reavivar la ilusión; una nueva derrota, en cambio, podría sellar definitivamente el final de un ciclo histórico.
Por ahora, los hinchas siguen divididos entre la nostalgia por el pasado glorioso y la esperanza de que Gallardo, una vez más, logre resurgir de las cenizas.