La misión que explora el cañón submarino Mar del Plata, realizada por el Schmidt Ocean Institute junto a expertos del Conicet, halló por primera vez un particular octópodo a casi 3800 metros de profundidad
Por debajo de los 3000 metros de profundidad, donde la luz se extingue y las temperaturas rozan lo extremo, el pulpo Dumbo (del género Grimpoteuthis) desafía las condiciones más adversas del planeta en varios océanos del mundo, incluido el Mar Argentino.
Con su inconfundible aspecto y habilidades de desplazamiento únicas, esta criatura captó la atención un equipo de investigadores de la Expedición “Talud Continental IV”, que lleva adelante en aguas de Mar del Plata, el Schmidt Ocean Institute, en colaboración con científicos del CONICET y del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP).
Después de la gran repercusión que causó la estrella de mar del género Hippasteria, bautizada “estrella culona” o un pepino de mar color violeta renombrado “batatita”, los expertos identificaron por primera vez en aguas nacionales a este ejemplar de pulpo rosado, que nunca había sido documentado en esta parte del Atlántico.
La tarea fue el resultado de una campaña científica inédita, que combinó la tecnología de un robot submarino con el conocimiento experto de biólogos argentinos. Gracias al vehículo no tripulado ROV SuBastian, los investigadores observaron de manera directa al cefalópodo rosado, un fenómeno excepcional por su rareza y belleza.
“Fue una observación absolutamente extraordinaria. Es la primera vez que se documenta en aguas de la Argentina un individuo de este tipo, y tiene una coloración rosa que es muy infrecuente en la literatura”, señaló el biólogo e investigador principal Santiago Krapovickas.
La escena ocurrió en el Cañón Submarino de Mar del Plata, a 3781 metros de profundidad, en una zona donde la luz no penetra, el frío es constante y la presión podría aplastar a cualquier criatura de superficie.
Allí apareció, flotando suavemente con sus aletas redondeadas, un ejemplar del género Grimpoteuthis que fascina a científicos y amantes del mar por igual.
Lo que vuelve aún más especial este hallazgo es el método con el que fue registrado. A diferencia de las técnicas tradicionales, que implican la captura de ejemplares, el uso del ROV permitió una interacción no invasiva.
El pulpo dumbo rosado no fue retirado de su ambiente natural, sino que fue grabado mientras nadaba en las cercanías del fondo marino. Esta forma de observación respeta la dinámica del ecosistema y ofrece información más precisa sobre el comportamiento del animal.
“Muchas veces los ejemplares que llegan al laboratorio lo hacen deformados, sin sus colores reales, y sin el contexto que da su hábitat”, explicó Krapovickas.
Las imágenes captadas muestran a un pulpo dumbo de tonalidad rosada desplazándose lentamente entre sedimentos, con las aletas agitándose como pequeñas orejas. Ese movimiento le da nombre al género: Grimpoteuthis, bautizado así por su parecido con el elefante de Disney.
Las dos aletas que sobresalen justo por encima de los ojos recuerdan a las orejas de Dumbo, y el animal las agita para impulsarse suavemente por las aguas profundas. En un entorno donde las temperaturas pueden ser tan bajas como los 2 °C y la presión es cientos de veces mayor que en la superficie, este cefalópodo ha desarrollado una anatomía particular, que lo vuelve eficiente y discreto.
El avistamiento no solo sorprendió por la novedad local, sino también por las implicancias biológicas. La especie exacta del ejemplar rosado aún no fue determinada, pero los expertos consideran que podría tratarse de una de las 17 especies conocidas del género.
Entre ellas se encuentra el Grimpoteuthis imperator, descubierto en 2021 por un estudio de un equipo germano-japonés, y caracterizado por su estructura interna y hábitat profundo. A diferencia del estudio argentino, en ese caso el ejemplar fue extraído del fondo marino y posteriormente analizado por resonancia magnética y tomografía computada. Esas técnicas permitieron estudiar al animal sin dañarlo y revelaron características únicas, como una concha cartilaginosa interna en forma de U.
Los pulpos dumbo forman parte de un grupo conocido como pulpos paraguas, debido a una membrana de piel que conecta sus brazos. Su cuerpo es gelatinoso, compacto y de apariencia casi traslúcida. El promedio de tamaño ronda entre los 20 y 30 centímetros, aunque el mayor ejemplar encontrado midió 1,8 metros y pesó cerca de 6 kilos.
Viven en las profundidades del océano, entre los 3000 y 4000 metros, y se distribuyen en zonas abisales de todo el mundo. El reciente avistamiento en el Mar Argentino no solo amplía su área de distribución conocida, sino que invita a imaginar cuántas otras especies aún no fueron observadas.
El estilo de vida del pulpo Dumbo es tan singular como su aspecto. A diferencia de otros pulpos, no posee bolsa de tinta. Esto se debe a que en el fondo oceánico los mecanismos de defensa tradicionales no resultan útiles. En su lugar, el Grimpoteuthis utiliza su capacidad de cambiar de color y moverse con agilidad para evitar a los escasos depredadores que habitan a esas profundidades.
“Las condiciones son extremas, con muy poca comida, mucho frío y una oscuridad total. Por eso, cada adaptación evolutiva cuenta”, explicó uno de los especialistas del equipo.
La dieta de este cefalópodo incluye pequeños organismos como caracoles, ostras, gusanos poliquetos y crustáceos. Sus ventosas tienen filamentos sensoriales que le permiten identificar a sus presas y llevárselas directamente a la boca, que se encuentra en el centro de los brazos. Lo más curioso es que no tiene un pico desarrollado como otros pulpos, lo que le permite tragar enteras a sus presas, sin necesidad de romper caparazones.
Otro de los rasgos llamativos es su sangre. A diferencia de los humanos, que tienen hemoglobina con hierro, los pulpos dumbo tienen hemocianina con cobre, lo que les da un tono azul. Este tipo de sangre transporta oxígeno de manera más eficiente en ambientes fríos y pobres en oxígeno como las profundidades del océano. “Tienen sangre azul debido a su alto contenido de cobre”, explicaron los científicos, y eso les permite sobrevivir donde la mayoría de los animales no podría.
El comportamiento reproductivo también presenta singularidades. Los pulpos dumbo son criaturas solitarias, lo que hace que cada encuentro entre macho y hembra sea una oportunidad crítica. Cuando se encuentran, el macho introduce un paquete de esperma en la hembra mediante una protuberancia especializada en uno de sus brazos.
La hembra, por su parte, puede guardar el esperma durante un largo tiempo y fertilizar los óvulos cuando las condiciones lo permiten. De hecho, pueden tener óvulos en distintos estados de maduración y depositarlos bajo rocas o conchas sin seguir un ciclo definido.
El descubrimiento del ejemplar rosado en Mar del Plata y la reciente identificación del Grimpoteuthis imperator marcan una nueva etapa en el estudio de los pulpos de aguas profundas. Ambas investigaciones muestran el avance de la tecnología aplicada al conocimiento marino. Desde los robots que exploran sin alterar hasta los escaneos internos por imágenes digitales, la ciencia está logrando comprender mejor la biodiversidad abisal sin destruirla.
Argentina, en particular, suma así un nuevo capítulo a su historia oceanográfica. El Cañón Submarino de Mar del Plata, poco explorado hasta ahora, promete ser un reservorio de vida inexplorada.
Para los investigadores del CONICET, esta expedición no solo reveló una especie fascinante, sino que dejó en claro la importancia de explorar con respeto. “Es fundamental investigar sin interferir con los ecosistemas”, destacaron. Esa filosofía no solo protege a los animales, también garantiza que lo que se observe sea real, intacto y valioso para la ciencia.
El mar profundo sigue siendo uno de los grandes misterios del planeta. Se estima que conocemos menos del 10 % de lo que ocurre en esos ambientes. Cada criatura registrada es una pista en un rompecabezas gigantesco.
El pulpo dumbo rosado, con su danza silenciosa y su sangre azul, no solo es un símbolo de lo que aún queda por descubrir, también es una invitación a mirar hacia abajo, a las sombras del océano, con los ojos bien abiertos.