¿Qué dicen los expertos sobre cambiar el huso horario en Argentina y cómo afectaría al reloj biológico?

Diputados dio media sanción a un proyecto para adaptar el horario oficial al UTC-4. Especialistas en cronobiología, medicina del sueño y meteorología analizan el posible impacto del cambio en la salud, la educación y el consumo energético.

Un reloj atrasado: ¿debería Argentina cambiar su huso horario?

La discusión sobre el huso horario en Argentina volvió al centro de la escena luego de que la Cámara de Diputados aprobara, con 151 votos a favor, un proyecto de ley que propone retrasar una hora los relojes en todo el país. La iniciativa, impulsada por el diputado Julio Cobos, plantea pasar del actual UTC-3 al UTC-4, con el argumento de alinear mejor la hora oficial con la posición geográfica y solar del territorio nacional.

Aunque el tema parece técnico, el debate abarca múltiples dimensiones: salud, educación, energía, productividad y hasta integración regional. ¿Qué opinan los expertos?


El desfasaje actual: más luz de noche que de día

Desde 1969, Argentina opera bajo el huso horario UTC-3. Sin embargo, geográficamente, casi todo el país —incluyendo Buenos Aires— se ubica en la franja UTC-4, e incluso las provincias cordilleranas se alinean mejor con el UTC-5. Según Cobos, esta “desalineación histórica” afecta la calidad de vida, genera consumo energético innecesario y distorsiona los ritmos naturales del cuerpo humano.

En las provincias del oeste como Mendoza, Neuquén o San Juan, muchas actividades comienzan antes de la salida del sol. Estudiantes entran a clases de noche y trabajadores arrancan su jornada sin haber recibido luz natural, lo que —según los especialistas— tiene efectos negativos sobre el rendimiento físico, mental y emocional.


Reloj biológico y luz natural: ¿por qué importa?

La luz solar es el principal regulador del reloj biológico humano. María Juliana Leone, investigadora en neurociencias y especialista en cronobiología de la Universidad Nacional de Quilmes, explicó a Infobae que “el cuerpo humano se sincroniza naturalmente con la luz solar de la mañana. La desalineación actual hace que nuestro mediodía solar ocurra cerca de la 1 de la tarde, e incluso más tarde en zonas del oeste, como Mendoza”.

“Levantarse de noche y comenzar las actividades sin luz solar genera una desincronización del ritmo circadiano, lo que afecta la atención, el ánimo y el desempeño cognitivo, especialmente en adolescentes y niños”, agregó.


Cambio de horario y eficiencia energética

Otro de los pilares del proyecto es el posible ahorro energético. Al ajustar los relojes, se buscaría aprovechar mejor la luz natural durante el invierno, reduciendo la necesidad de iluminación artificial en hogares, escuelas e industrias.

Cobos presentó un estudio realizado en Mendoza que indica que el cambio podría reducir el consumo energético en las escuelas hasta un 40%. Sin embargo, algunos expertos advierten que los beneficios podrían ser menores de lo esperado, ya que la vida nocturna y el uso de tecnologías extienden las actividades más allá del anochecer, lo que podría compensar el ahorro matutino con un mayor gasto por la noche.


Un cambio con impacto regional

Adoptar UTC-4 también alinearía a Argentina con sus vecinos: Brasil, Paraguay, Bolivia, Chile y Venezuela ya usan ese huso horario. Esto facilitaría la integración comercial, logística y financiera en la región, un aspecto que también fue considerado en el debate legislativo.

Desde el Servicio Meteorológico Nacional, el climatólogo José Luis Stella coincidió en que el huso UTC-4 es el que corresponde astronómicamente a gran parte del país: “Hoy estamos adelantados. Usamos el horario que le corresponde al este de Brasil o al océano Atlántico. Las provincias del oeste y sur sufren más este desfasaje, especialmente en invierno”.


Cronotipo y adolescencia: ¿cómo afecta a los jóvenes?

El cambio de huso horario también se relaciona con el cronotipo, una característica biológica que define si una persona es más activa por la mañana o por la noche. Andrea Goldin, investigadora del Conicet y la Universidad Torcuato Di Tella, explicó: “El cronotipo se sincroniza principalmente con la luz del sol. La adolescencia, en particular, es una etapa en la que predomina la nocturnidad natural, pero el sistema educativo sigue imponiendo horarios tempranos”.

Goldin remarcó que el desfasaje es más notorio en provincias como Neuquén o Mendoza, donde el amanecer ocurre más tarde que en Buenos Aires, pero las escuelas igual comienzan a la misma hora. “Eso genera somnolencia, menor rendimiento académico y afecta el bienestar general”, sostuvo.


¿Un horario único o estacional?

Si bien el proyecto contempla establecer UTC-4 como horario base, también habilita la posibilidad de volver al UTC-3 durante el verano, tal como ocurrió entre 2007 y 2009 con la Ley 26.350. Este sistema de doble horario fue luego desactivado.

El biólogo Diego Golombek opinó al respecto en la red social X: “El cambio a UTC-4 es correcto. Nos da la luz de la mañana que el cuerpo necesita para sincronizarse. Pero alternar entre verano e invierno no funciona. Esa práctica está siendo abandonada en varios países. Lo ideal es mantener un solo huso horario durante todo el año”.


¿Qué sigue ahora?

Con media sanción aprobada, la decisión está ahora en manos del Senado. Si la medida se convierte en ley, el Poder Ejecutivo deberá establecer cuándo se implementará el nuevo horario. Los relojes de todo el país se atrasarían una hora, un cambio que afectará no solo a las agendas oficiales, sino también a la rutina cotidiana de millones de personas.

Más allá del resultado legislativo, el debate plantea una pregunta profunda: ¿vivimos en el horario correcto? La respuesta no es solo técnica, sino también cultural, política y biológica.


En resumen:

  • Argentina usa UTC-3, pero geográficamente le corresponde UTC-4.
  • El cambio busca mejorar salud, educación, energía y sincronización regional.
  • Expertos en cronobiología alertan sobre el impacto del desfasaje actual.
  • Algunos proponen mantener UTC-4 todo el año y no alternar con horario de verano.
  • El debate sigue abierto mientras el Senado analiza la medida.

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