El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en la región al asegurar que “Nicolás Maduro tiene los días contados” y dejar abierta la posibilidad de una intervención militar en Venezuela. En una entrevista con Politico, el mandatario evitó responder de manera directa si enviaría tropas terrestres, pero remarcó que no podía hablar de “estrategia militar”, lo que reavivó las especulaciones sobre una acción directa contra el régimen chavista.
Acusaciones contra la dictadura venezolana
Trump afirmó que Venezuela habría enviado a Estados Unidos personas vinculadas al crimen organizado, entre ellas individuos provenientes de cárceles, instituciones psiquiátricas y redes de narcotráfico. Mencionó además la expansión del Tren de Aragua, al que relacionó con el Cártel de los Soles, y criticó a la administración de Joe Biden por el manejo de la crisis fronteriza.
En el plano político, el mandatario destacó su apoyo entre votantes venezolanos en Florida y mencionó su relación con la comunidad de Doral, donde posee un complejo comercial. Según dijo, su política migratoria busca priorizar a quienes “contribuyen” al país.
La operación “Lanza del Sur” profundiza la tensión
Las declaraciones de Trump se difundieron en el marco de la escalada generada por la operación “Lanza del Sur”, una ofensiva militar anunciada el 13 de noviembre de 2025 para combatir el narcotráfico y el llamado “narcoterrorismo” en el hemisferio occidental.
La operación está liderada por el Comando Sur de Estados Unidos e incluye el despliegue del portaaviones USS Gerald Ford, acompañado por destructores, un crucero, un submarino y aeronaves P-8 Poseidón. En total, unos 15.000 efectivos, entre ellos 4.000 marines, participan en el operativo, según información del Pentágono. Aunque inicialmente comenzó de forma no formal en agosto, adoptó su nombre oficial en noviembre.
La respuesta de Caracas
El régimen de Nicolás Maduro rechazó la ofensiva estadounidense y la calificó como una “escalada guerrerista”. En reacción, anunció el despliegue de 200.000 militares como medida de defensa y advirtió sobre posibles incidentes en rutas marítimas utilizadas por las fuerzas estadounidenses.
Estados Unidos, por su parte, confirmó varios ataques contra embarcaciones vinculadas al narcotráfico en el Caribe y el Pacífico Oriental. Entre los episodios más recientes destacan uno ocurrido el 1 de noviembre, con tres muertos, y otro del 14 de noviembre, que dejó cuatro fallecidos. Washington señaló que las lanchas destruidas transportaban narcóticos y operaban en rutas monitoreadas por agencias de inteligencia.
Frente a la escalada, algunos países aliados —como México— implementaron protocolos para que las intercepciones en aguas internacionales sean realizadas por sus propias autoridades y así evitar acciones unilaterales con potencial impacto en el derecho internacional.