Cómo llegar a la cima superándote a ti mismo y no a los demás

Por Raimi Rios

 

Para crecer en la vida no debemos tomar como referencia nada externo a nosotros, no debemos aplicar comparaciones, que nos hagan sentir menos o que nos hagan alimentar nuestro ego. Lo que realmente debemos hacer, es hacer un viaje interior y conocernos; y a partir de allí plantear la meta de ser mejores personas día a día, mejores con respecto a nosotros mismos.

La superación personal, muestra las capacidades que cada uno tiene o adquiere para alcanzar sus metas, a través de su inteligencia, dedicación, esfuerzo, y utilización de dichas capacidades. Dentro de cada uno de nosotros están los recursos necesarios para alcanzar nuestras metas; distintas cualidades como, perseverancia, pasión, sacrificio, son las que ayudaran a superarnos y cada día para ir creciendo.

Pero el crecimiento requiere de humildad, paciencia y de aceptación, más no de resignación, podemos entender que tengamos situación adversas a nuestros propósitos, pero no debemos nunca verlas como limitaciones, debemos aprender a darle la vuelta y rescatar lo positivo, indagando en los “para qué” en lugar de en los “por qué”.

 

Nunca dejes de creer en ti mismo

Por ejemplo con la humildad sabremos que tenemos debilidades, que estamos en un camino de evolución, aprendiendo a manejar nuestros recursos, que cometemos errores, que algunos pueden hacer cosas mejor que nosotros y podemos reconocerlo sin sentir incomodidad, envidia o resentimiento.

La paciencia, nos permitirá tomar la mejor actitud mientras esperamos que algo ocurra o trabajamos por un resultado. Cuando somos pacientes logramos mantener la calma, entendemos los ciclos y procesos de las cosas y vamos disfrutando del camino, mientras llegamos a donde queremos.

La aceptación nos permite hacer un ajuste de nuestro alcance, identificar hasta dónde podremos actuar y los cambios que podemos generar. Una vez que aceptamos alguna situación dejamos de drenar nuestra energía y podemos utilizarla para cosas más provechosas.

Conocer cuáles son tus cualidades o virtudes, es quizás una de las tareas más enriquecedoras que podrías realizar para alcanzar tus metas. No escatimes en cuanto a tus virtudes o cualidades, vos sabes que eres excelentemente bueno(a) en muchas cosas, sabes que eres mejor que los demás y los superas en múltiples ámbitos. Y comprendes perfectamente, que estás por encima de una gran cantidad de personas.

Sin embargo, muchas veces se nos ha dicho que creerse más que los demás está mal. Y de hecho lo está. Lo que no está mal, es tener la convicción de que nuestras virtudes nos permiten destacarnos y lograr el éxito en nuestras vidas. Esto aumenta nuestra competitividad.

 

 

Persevera para ser el mejor en lo que te propongas

Personalmente puedo decir que desde que empecé a tomar en cuenta más fuertemente mis virtudes, me siento más confiada, segura y mi autoestima va por las nubes. Esa confianza te ayuda a crear excelentes impresiones en las demás personas, a ser admirado y a tener menos problemas en tu vida.

Compararnos con otros nunca debe ser el punto de partida para nuestro crecimiento, estaríamos acortando nuestro alcance, sin saber a ciencia cierta a dónde podemos llegar. Démosle a cada quien el lugar que le corresponda y utilicémoslos como fuentes de inspiración si queremos, pero sin perder la idea de vista de que todos somos diferentes, todos tenemos capacidades distintas, talentos diferentes, ritmos distintos y que el verdadero éxito lo obtenemos cuando nos superamos a nosotros mismos.

Trabajemos por lo que queramos, visualicémonos en la cima más alta, pero sin tener que estar superando alguien más. El mensaje es creer que podemos, visualizarnos en donde queremos estar, enfocarnos, planificarnos e ir por aquello que queremos, haciendo cada día lo que nos toque para estar más cerca de la meta y formando siempre la mejor versión que podamos hacer de nosotros mismos, guiados por nuestra intuición, que no es más que nuestra alma susurrándonos el camino que debemos elegir.

Es importante en el trayecto, no perder de vista que no debemos dejar de apreciar el camino, que es lo que realmente es la vida, nuestro presente, nuestro eterno presente. El no disfrutarlo, esperando algo que ocurrirá a futuro es sin duda, una pérdida importante de la visión de la vida.

 

¿Ya te estás visualizando en la cima de la montaña?

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