Descubrió en una tarjeta de memoria que su esposo violaba a su hija adolescente

Una mujer de la localidad santiagueña de La Banda descubrió una tarjeta de memoria en el bolsillo del pantalón de su esposo y ante sus ojos se abrieron infinidad de imágenes pornográficas de niños, incluidos cuatro años de vejaciones a su propia hija adolescente.Ella, que estaba embarazada, buscaba su DNI en el pantalón de su esposo, de 37 años, un vendedor de automóviles oriundo de José C. Paz y con quien contrajo enlace en el 2016. Antes había tenido una relación de la cual nacieron sus dos hijos, entre ellos una mujer, hoy estudiante universitaria.

Pero encontró una tarjeta de memoria que despertó su curiosidad. Aguardó a quedarse sola para verificar su contenido. La insertó en su celular y aparecieron imágenes horrendas, entre fotos y videos.

ESTUPOR E INDIGNACIÓN

LA TARJETA GUARDABA PORNOGRAFÍA DE ADULTOS CON MENORES Y HASTA CON BEBÉS DE VÍCTIMAS. EN LA DIVERSIDAD DE PORNOGRAFÍA QUE SU ESPOSO CONSUMÍA EN GRANDES DOSIS, LA MUJER ENCONTRÓ OTRAS CON SU HIJA DESNUDA.

El sujeto habituaba filmar a escondidas, mientras la jovencita se duchaba. No era todo. También había videos y fotos en los cuales abusaba de la menor. Hay otros en que la vejaba mientras dormía. Poco y nada parecía importarle generarle dolor y hasta llanto. El documento reflejaría manoseos, acceso, sexo oral y otras perversiones, detalla el diario El Liberal.

Aterrada, la mujer buscó asesorarse, pero el sujeto también advirtió la ausencia de la tarjeta de memoria.

Con la mujer en estado de crisis, el acusado se alteró y exigió que le reintegrase la tarjeta, pero ella dijo no. Entonces, la arrojó a la cama y la golpeó, resuelto en arrebatárselo a la fuerza. Fue tal la violencia imperante que terciaron los dos hijos de la mujer y lo obligaron a dejarla en paz.

Desnudado ante la exposición de su mundo oculto e indecente, el sujeto huyó. Dejó en La Banda todas sus pertenencias. Al día siguiente se despidió con dos mensajes de audio, cuyas destinatarias habrían sido su esposa y la adolescente: «Perdón por todo, sean felices».

El entorno del individuo sugiere que tal vez viajó a la provincia de Buenos Aires, pero se ignora si fijó residencia nuevamente en José C. Paz.

Debido a la crisis padecida, la mujer sufrió hipertensión arterial y a los pocos días en un control médico le informaron que desgraciadamente había perdido a su bebé. Urgente, los médicos la internaron y realizaron un legrado, del cual la víctima se repone lentamente. Para la querella, el triste desenlace está estrechamente ligado al desastre emocional que sufrió la mujer, víctima de los abusos de su marido.

QUERELLANTE PIDE CAPTURA NACIONAL

Asesorada por la abogada Soledad Schejtman (querellante), la mujer formalizó una denuncia que recayó en órbitas de la fiscal Ana Azar, integrante de la Unidad Delitos Contra la Integridad Sexual. “Abuso sexual agravado por la situación de convivencia preexistente en perjuicio de menor”, serían los cargos emergentes, pero aún se ignora la decisión que tomará la Fiscalía con la sobreabundancia de imágenes con menores abusados. La adolescente ya fue asistida con un examen ginecológico. Fue secuestrada la tarjeta de memoria, la CPU del denunciado, le fue realizada una entrevista psicológica a la menor, también se aguardaría el resultado del análisis ginecológico y otras medidas, quizá para resolver la detención del acusado.

Schejtman ha solicitado la captura nacional del individuo, por entender que los daños son gravísimos para la adolescente, pero a la vez el sujeto representaría un peligro para cualquier niño.

“Continúa en libertad el sujeto, lo cual constituye un grave peligro para otros menores porque si se observa el contenido de sus videos, surge evidente que su obsesión y perversión está dada en relación a los menores”, destacó la abogada. “Trabajamos para acreditar que lo sucedido tiene efectos multiplicadores; tanto para la familia de nuestra asistida, como para terceros”, enfatizó.

A LOS 13, LA MENOR CONFIÓ LOS “MANOSEOS” A SU ENTORNO

A los 13 años, la adolescente habría confiado a su entorno familiar que su padrastro habituaba tocarla, pero al parecer sus dichos no fueron atendidos como hubiera correspondido. Antes, algunos familiares acudieron a una psicóloga, quien habría sugerido que la joven tal vez experimentaba una “rebeldía de adolescencia”. Ahora, la realidad pulverizó una usina de conjeturas y quitó el velo protector a un sujeto que abusaba de la menor cuando su pareja se retiraba para cuidar de su madre enferma. La mujer inició los trámites de separación.

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