La salud de Eduardo Feinmann

El periodista, que contrajo coronavirus a mediados de la semana pasada, fue internado el martes luego de registrar fiebre alta. Una neumonía había agravado el cuadro.

La disfonía con la que amaneció el miércoles 19 terminó siendo un aviso silencioso. Eduardo Feinmann la atribuyó al cambio de clima, tan propio de esta época. Sin embargo, no se quedó en esa presunción: ese día no se presentó en Alguien tiene que decirlo, su ciclo en Radio Rivadavia, para hacerse un hisopado por coronavirus en el Hospital de Clínicas. Tampoco se hizo presente en El Noticiero A24, que conduce de 19 a 22 con altas cifras de rating, y por Twitter comunicó el resultado del estudio que lo sorprendió: positivo.

El fin de semana siguiente Feinmann transitó la enfermedad sin acusar los síntomas característicos del virus. Pero en la mañana del martes pasado manifestó fiebre alta y los médicos aconsejaron su internación por precaución. Ese mismo día ingresó al Sanatorio Otamendi.

Con el correr de las horas el cuadro fue sumando elementos que provocaron una mayor observación médica. Por caso, la fiebre no descendía. Y el COVID-19 había provocado una neumonía que obligó a la asistencia de oxígeno: si bien no requirió intubación, le colocaron una mascarilla. Además permaneció en una sala común, sin ser derivado a la terapia intensiva, pero con una atención clínica permanente.

El miércoles –justo a una semana del diagnóstico– los médicos anunciaron que este viernes 28 sería un día clave para comprobar la evolución de su cuadro y cuánto había avanzado la enfermedad. El foco estaba puesto en la neumonía, aunque ya había indicios que asomaban como alentadores.

La fiebre comenzó a registrar un marcado descenso. Y, además, los estudios clínicos determinaron que la infección –que comprometía particularmente un pulmón– no había avanzado. Así fue como el jueves por la tarde se decidió retirarle el oxígeno: ayer por la noche fue la primera vez que Eduardo durmió sin la bigotera, luego de 72 horas de asistencia. El cuadro ya aparecía como estable.

Hoy, frente a un cuadro que se evidencia como promisorio (ya no tiene fiebre y continúa sin oxígeno), los médicos le realizarán nuevos estudios clínicos. La atención sigue puesta en la neumonía: la saturación de oxígeno en sangre será un indicador claro respecto a cómo va superando la infección, que pareciera estar controlada. Hasta aquí, la saturación era la normal.

Por eso, los indicadores hacen pensar que, de continuar con la recuperación que Feinmann mostró en las últimas horas, los médicos podrían determinar el alta médica para principios de la semana próxima. Por lo pronto, sábado y domingo Eduardo permanecerá en el Otamendi. Con Lu cuidándolo. Y sus familiares y amigos esperando que las buenas noticias sigan llegando.

 

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