Milei presentó “El camino del libertario”, un libro que recorre sus comienzos y la posibilidad de una presidencia

El diputado nacional Javier Milei presentó “El camino del libertario”, su último libro que recorre las alternativas que lo llevaron desde su profesión de economista y su participación en programas de televisión a intervenir en política, ocupar una banca en el Congreso Nacional y plantearse la posibilidad de competir como candidato a presidente. Con críticas a la “casta política” y a la educación pública que “consagra la religión de Estado”, el dirigente discute con los liberales, explica las medidas que impulsaría si fuera presidente y revela detalles de su vida privada.

En una extensa entrevista con Infobae, el diputado también habló sobre la invasión de Rusia a Ucrania y confirmó que no va a votar el acuerdo con el Fondo Monetario: “Lo que presentaron es una inmoralidad. Argentina tiene que pagar la deuda, le tiene que pagar el FMI, pero el ajuste lo tiene que hacer la política, no el sector privado”.

El libro, que anticipó a este medio en exclusiva, cuenta con el prólogo de Alberto Benegas Lynch (h.), a quien Milei lo considera como “el liberal más importante de la historia argentina”. Según explicó, la obra consta de tres partes: “una suerte de autobiografía hasta la candidatura, la segunda sección presenta las batallas de las ideas ante los problemas que siguen sin ser resueltos; y en la última parte aparecen los principales discursos y declaraciones que hizo el economista en medio de la campaña del año pasado”. Además, incorpora testimonios de su hermana Karina Milei, Bertie Benegas Lynch; el cineasta Santiago Oría; el legislador porteño Ramiro Marra y la diputada nacional Victoria Villarruel, entre otros. “Describo todas las personas que a lo largo de mi vida me han aportado mucho valor para poder crecer en las ideas y en el conocimiento”, aseguró.

¿Por qué decidiste escribir “El camino libertario”?

Para mí no es inusual escribir libros. Este es mi libro número 17, es algo convencional en mi caso escribir. La decisión de escribir, en este caso, tiene que ver con dar un testimonio para los libertarios del mundo. Soy el primer liberal libertario que llega a ocupar una banca en un Congreso. La gran mayoría de los partidos libertarios en el mundo ni siquiera han llegado a tener la representación para participar de un proceso eleccionario. Es la primera vez que un outsider y sin estructura logra obtener un 17% en una elección. Me parece que el testimonio tiene cierto valor para los libertarios que aun no han conseguido convertirse en una herramienta electoral para ser una opción, pero también para aquellos que quieren tratar de comprender qué es lo que sustenta ese camino que llevó a este logro.

¿Si tenés que definirlo este es un libro de divulgación económica, es un manifiesto político o es el libro de un candidato a presidente?

Las tres respuestas podrían ser afirmativas. El libro tiene tres partes. La primera parte es, literalmente, el camino del libertario, que es todo el proceso que sustenta el haber llegado a la política, desde lo profesional esencialmente. Hay cuestiones de índole personal, que son cosas que me marcaron muy fuerte. La segunda parte tiene que ver con el debate de las ideas, y ahí hay distintos artículos de divulgación. Esa parte arranca con un artículo nuevo que se está publicando internacionalmente que se llama “Capitalismo, socialismo y la trampa neoclásica”. Ahí explico que, aún siendo un liberal genuino, si vos abrazás…

Un segundo ahí… ¿Qué significaría ser un liberal y qué lo diferencia de un libertario a la Milei?

Lo que ordena esto es la definición de liberalismo. Alberto Benegas Lynch (h) ha dado una definición maravillosa, que además en cada uno de los actos la repito con la tremenda emoción de que la gente también la repite como un mantra, como un mantra libertario. La definición es: “El liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión, y en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad”. Este principio ordena. Las instituciones asociadas con ello son la propiedad privada, los mercados libres de intervención estatal, la competencia entendida como libre entrada y salida, la división del trabajo y la cooperación social. Vos sólo podés ser exitoso en el capitalismo sirviendo al prójimo con bienes de mejor calidad o de mejor precio. Este es el marco general.

¿Y cuál sería la diferencia con el liberal que no es libertario?

El liberalismo de libre empresa creés en la propiedad privada, en el mercado libre, pero también creés en los fallos de mercado, que para mí dan la base para lo que después es una intervención de parte del Estado. Yo considero que los fallos no existen. Cuando hay algo así, lo primero que hay que ver es si no está molestando o estorbando el Estado. Si después de ver eso descubrís que el Estado no está en el medio, si ves un fallo de mercado, estudialo de nuevo porque estás equivocado. No existe el fallo de mercado como tal, porque el mercado es un proceso de cooperación social en el cual se hacen intercambios libres de derechos de propiedad. Para mí existe la distorsión que genera el Estado o un error del analista.

¿Ahora cómo hacés para transmitir estas ideas económicas complejas a los jóvenes?

Yo entiendo que es complejo, pero el problema viene de más atrás. Todos hemos sido víctimas de la educación pública. Todos hemos sido víctimas de un lavado de cerebro en favor de la religión del Estado y esto es independiente si fueran instituciones de gestión estatal o de gestión privada. Las ideas de la libertad no suelen ser fáciles de asimilar por la población. Es un problema de que el sistema está diseñado para que rechaces esas ideas. Lo más interesante es que eso explica por qué el movimiento libertario al menos en Argentina y el mundo, arrancó fuertemente con los jóvenes, porque justamente son los jóvenes naturalmente rebeldes contra el status quo. Hoy el status quo recita los principios de la izquierda. Tomes cualquier partido, del oficialismo o la pseudo oposición, todos adhieren en algún punto del manifiesto comunista. Es fuerte.

Cuando decís, son o somos víctimas de la educación pública, la educación pública también es Sarmiento. ¿A qué te referís con víctimas de la educación pública?

Víctimas de la educación pública porque cuando tomás los programas, los programas están diseñados para que vos seas un esclavo de la religión del Estado. Están diseñado con los contenidos para que justamente pase eso.

Vuelvo a la pregunta que te había hecho, sobre si era un manifiesto político, un libro de divulgación o era el libro de un candidato a presidente y dijiste que las tres pueden ser. ¿Es un libro de un candidato a presidente?

Sí. Una de las cosas a las que yo me comprometí cuando hicimos el acto en el Luna Park, después de la elección, donde festejamos ese tremendo número que metimos siendo outsider, sin estructura, una de las cosas a las que yo me comprometí es que yo estoy dispuesto a llevar las ideas de la libertad a todo el mundo y estoy fuertemente comprometido para que cada argentino tenga la posibilidad de elegir por una alternativa liberal cuando tenga que ir a la votación del año 2023. Si en ese proceso me encuentro en la situación de liderarlo y eso requiere o implica que yo deba participar activamente en la elección presidencial del 2023, yo lo voy a hacer.

¿Siendo candidato a presidente?

Sí, claro.

Vinculado a un proyecto presidencial ¿cuáles son los problemas que tiene la Argentina y cuáles, a tu juicio, las soluciones que proponés?

En el libro hay todo un apartado sobre el crecimiento económico, donde describo cómo se sale de este problema que tiene la Argentina. Argentina entró al siglo XX siendo el país más rico del mundo, porque teníamos el PBI per cápita más alto del mundo. Hoy estamos en el puesto 70, al tipo de cambio oficial, y 130 al paralelo. Acá hay un escándalo. Argentina es un país que produce alimentos para 400 millones de seres humanos y hay 5 millones de argentinos a quienes no les alcanza para comer. El PBI en Argentina desde el 2011 osciló y después cayó estrepitosamente. Hoy estamos 14% por debajo de lo que teníamos en 2011, en línea con el PBI que teníamos en el 73 o en el 74, con una productividad de los años 50. Entonces se impone la pregunta: ¿Acá qué pasó?

Tomo la pregunta… ¿Qué pasó?

La respuesta es muy fácil: el problema en Argentina tiene que ver con abrazar las ideas del socialismo. Eso arranca con el primer gobierno radical con Hipólito Yrigoyen a la cabeza, que es cuando Argentina empieza a abrazar las ideas socialistas, en dosis cada vez mayor. Eso que yo termino llamando como el modelo de la casta. El modelo de la casta es la idea de que a cada necesidad nace un derecho. ¿Cuál es el problema de esto? Que las necesidades son infinitas y cuando se otorga un derecho alguien lo tiene que pagar. Si eso lo vas a hacer con la política fiscal, eso significa que vos cada vez necesitás una mayor presión fiscal, que no sólo destruye el crecimiento económico sino que además, hace que cada vez haya menos para las personas, menos para cada uno. Eso explica la caída y el estancamiento y hundimiento secular que tiene la Argentina. ¿Cómo financian todo esto? Con deuda, que es tirar la pelota para adelante, algo que es profundamente inmoral porque es pasarle la cuenta a generaciones que no votan o generaciones que ni siquiera han nacido, es una inmoralidad. ¿Cómo terminaron las sucesivas tomas de deuda? Argentina es el mayor defaulteador de la historia moderna. Otra alternativa es la emisión monetaria: Argentina le quitó 13 ceros a la moneda, tuvo dos hiperinflaciones sin guerra, le podríamos sacar dos o tres ceros más y no sería nada alocado, y tenemos un desbande monetario que podría pasar cualquier cosa en materia de inflación. La otra alternativa es subirte los impuestos: Argentina tiene 170 impuestos y la presión fiscal para el que está en blanco es la más alta del mundo, para los que están en blanco. Es esa necesidad de aumentar el gasto público para esta locura que no tiene solución.

Teniendo en cuenta que lo decís sin ningún problema que vas a ser candidato a presidente…

Sí, claro. Y otra cosa más. Si yo fuera presidente, no tengas ninguna duda de que voy a llevar a cabo una agenda absolutamente liberal. Eso está en un conjunto de tres generaciones de reformas, la de primera, segunda y tercera generación. De primera generación, con una reforma del Estado, bajando drásticamente el gasto público, haciendo una reforma tributaria para bajar la presión fiscal, reformando el mercado laboral para que sea flexible hacia adelante, para no vulnerar derechos adquiridos, abrir la economía y, en paralelo a eso, hacer una reforma financiera que, a la postre, termine eliminando el Banco Central. Reforma de primera generación. Eso lo que va a hacer es asegurarte que durante 15 años vos vas a tener tasa de crecimiento altísimas. Una vez que conseguís eso.

 

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