Píparo complica la estrategia 2021 del vidalismo

Por Miguel Ponce de León

Fuente www.showpolitico.com

Carolina Píparo llegó a la política como ícono de la lucha contra la inseguridad por haber sido víctima de una salidera bancaria en 2010. Ahí se ganó la bendición de Cambiemos cuando la ex gobernadora María Eugenia Vidal la puso a su lado en plena campaña electoral en 2017. El partido la subió al trono de las figuras que tiene el espacio con popularidad mediática pero a la vez con poco o nulo poder territorial y sin una estructura que les de vuelo propio.

Su discurso político quedó cada vez más cercano al ala dura de Juntos por el Cambio que lidera la ex ministra de Seguridad Patricia Bullrich que al sector que la encumbró y que tiene una imagen más dialoguista de María Eugenia Vidal. Por eso, con el avance de la causa, que tiene a su marido Juan Buzali detenido acusado de intentar matar a dos motociclistas por presuntamente confundirlos con motochorros, Píparo empezó a vivir en soledad las denuncias políticas, judiciales y los pedidos de renuncia a su banca como legisladora provincial y como Secretaria de Asistencia a la Víctima del municipio de La Plata. Es un caso incómodo para el Pro en Provincia de Buenos Aires y es un tema lejano de la agenda inmediata que tiene la coalición en su estrategia nacional.

A esto se sumó en Píparo una contradicción permanente entre las declaraciones públicas en su defensa y la de su marido y los hechos que ocurrieron el 1 de enero. Por eso el apoyo político al comienzo fue espasmódico y después se fue diluyendo de forma paulatina: el intendente de la Plata Julio Garro esquivó el tema y mucho más su secretario de Seguridad Darío Ganduglia, que quedó sospechado de protegerla en las primeras horas. De ser una figura a la que todos se acercaban para posicionarse Píparo pasó a ser un salvavidas de plomo al que los interesados de siempre ya no se quieren acercar.

Las justificaciones que Carolina Píparo fue dando en sede judicial, según el abogado de una de las víctimas atropelladas, Martin De Vargas van desde mencionar que vio «motos de motochorro» hasta explicar que la perseguían a ella y a Buzali a «velocidad de emboscada». No tuvo ni buenos argumentos en sus declaraciones como testigo ni tampoco en sus declaraciones públicas. De todas formas, su potencial político va a depender de cuanto necesite Juntos por el Cambio el discurso que ella representa y si lo pueden, como hace habitualmente la política, reemplazar con otro vocero de la mano dura contra la delincuencia.

P.D.L: ¿Cuál fue la conducta que tuvo Carolina Píparo después que el primero de enero atropelló, junto a su marido, a dos jóvenes?

Bueno, realmente tuvo una conducta por lo menos antiética, ya que permanentemente y hasta la actualidad, sigue acusando a los chicos de motochorros y que la emboscaron. Cuando ya está probado en toda la causa que no existió la emboscada esa que ella dice.

 

P.D.L: ¿Pero de qué forma ella empezó a acusarlos de motochorros desde el principio?

Por la llamada al 991. La misma llamada al 911 que ellos difundieron hace unos días, acusan a los chicos de motochorros y en ningún momento de esa llamada, donde van pidiendo que llegue la policía, dicen que hubo un atropellamiento a los motociclistas. O sea, ocultaron en todo momento el hecho delictivo que Buzali había cometido.

 

P.D.L: ¿Cómo lo fueron ocultando al hecho delictivo? ¿Qué fueron haciendo?

Lo ocultan cuando acusan a los chicos, es el delincuente que acusa de un ilícito a otro para zafar. La operadora le pregunta «¿y por qué los vienen siguiendo?» y Carolina le responde «Y bueno, nos vienen siguiendo porque, nos vienen siguiendo» y no sabe que decir y sabe que atropellaron a los chicos. Luego la huida, luego la aparición de funcionarios públicos en la Plaza Moreno.

 

P.D.L: En ese sentido ¿tuvieron protección de la clase política Carolina Píparo y Buzali?

Si, creemos que si porque al otro día aparece el video editado, el famoso video editado con las imágenes cortadas. Donde se ven autos y motos que aparecen y desaparecen en el medio de una escena.

 

P.D.L: ¿Quién aporto ese video editado a la justicia y los medios?

Mire, la única forma de que ese video salga es de dentro del Municipio. El Dr. Darío Ganduglia (Secretario de Seguridad) es el que tenía a cargo las cámaras. Esas cámaras son cámaras oficiales de la Municipalidad de la Plata y salieron de ahí. No se las encontraron tiradas corriendo por la plaza.

 

P.D.L: ¿Hizo Píparo una descripción del tipo de motos que te llamó la atención?

Píparo se convirtió en una vocera, nos obliga a hablar de ella, porque nosotros tendríamos que hablar de Buzali y no de Píparo, pero Píparo al convertirse en vocera de Buzali y salir por todos los medios a hacer una defensa mediática, nos obliga a nosotros a hablar de ella. Ella hace una descripción, frente a la pregunta de la fiscal, de ¿cómo eran las motos?, y responde «eran motos de motochorros».

 

P.D.L: ¿Cómo motos de motochorros?, hay bastante prejuicio en eso.

Si. Hay motos y hay chorros, hay chorros que andan en moto. Pero no hay una moto que de por sí sola sea moto de motochorro, no vas a una agencia y decís «quiero comprar una moto de motochorro». Además, en otro momento de su relato, frente a preguntas que le hago yo de ¿a qué velocidad venían las motos? Refiere «a velocidad de emboscada». Esta más que clara su postura y esto lo podemos relacionar con una ley que ella apoyó públicamente, que es la ley de los chalecos para los motociclistas. A mí me gustan las motos y hay mucha gente que anda en moto y realmente los chalecos de los motociclistas, para personas como ella, representan prácticamente que toda la gente que anda en moto son potenciales motochorros. Si uno no lleva el chaleco ese es un potencial motochorro. Bueno no sé, tal vez si andas en una «Harley» o una «Suzuki» por ahí no, pero si andas en una motito de clase media o de trabajador parece que sos un potencial motochorro.

 

P.D.L: ¿Por qué Carolina Píparo y Juan Buzali tuvieron la conducta que tuvieron ahí el primero de enero?

No son conductas que uno espera de un ciudadano normal y no son conductas que uno espera de un funcionario público como Carolina Píparo, que es Secretaria de Asistencia a la Víctima y Políticas de Género. Como dijo la fiscal, es anti ético lo que hizo. Porque viola las normativas de la ley de la ética en la función pública. Es una ley nacional que nos orienta cuando un funcionario comete actos antiéticos y que por lo menos en virtud de ellos, debería haber renunciado ya a su cargo. 

Entrevista de Ponce de León al abogado de una de las víctimas 

Fuente: showpolitico.com

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