El texto, de una carta manuscrita, fue denominada por su autor como «bitácora de vida» y en ella describe sus vivencias y sostiene su «inocencia». Se pregunta sobre los motivos por los que quedó enredado en un grupo (los otros cinco detenidos) a quienes dijo desconocer. Thomas Fabián Domínguez desde el inicio contó con abogados defensores particulares y mantiene una estrategia distinta al resto. Por empezar, es quien solicitó la excarcelación aunque le fue denegada en primera instancia.

El viernes pasado, fue uno de los cuatro que se negaron a declarar en la ampliación de indagatoria.

El autor de la carta, junto a Ignacio Retondo, fue ubicado por el juez Marcos Fernández en el exterior del auto, y considera que actuaron como campanas. Por eso a ambos les agregó la imputación por lesiones leves, ya que habrían sido quienes se enredaron en una pelea con un vecino que se acercó a grabar la escena con su celular, intentando quitárselo.

El texto de la carta:

«Desde hoy y con previas ganas de hacerlo pero sin disponer momento, yo, Thomas Fabián D., me propongo así como una ‘bitácora de viaje’ a redactar mis vivencias con respecto a lo acontecido: un hecho que a pesar de su relevancia y significación, es una experiencia más entre tantas otras en mi vida, siendo esta en especial negativa, angustiante y traumática para mí. Que a pesar de su carácter y connotación no deja de ser rica en aprendizaje y conocimiento».

«He de admitir que no lleva a lugares muy favorables de mis facetas y pone a prueba casi al límite mi psiquis; siempre fui alguien fuerte en este aspecto, entendiendo que todo pasa por algo y aceptando que Dios considera esta batalla y otras favorables en algún punto para mi persona. Y por mucho que me cueste me encuentro siendo fuerte pese a ser inocente, entendiendo los tiempos de la Justicia y disponiéndome a esta con paciencia en virtud de descubrir la verdad».

«Más allá de lo legal que excede mis horizontes de conocimiento y dejando esto en manos de profesionales, me encuentro por demás indignado, frustrado y lleno de cuestionamientos, por lejos y sin ápice de arrepentimiento, no dejo de preguntarme: ¿Por qué a mí? ¿Qué hacía ahí? ¿Por qué no me fui antes? ¿Por qué me acerqué a desconocidos? ¿Por qué confiaba en personas ajenas a mi vida, a mis valores e ideales? Con acciones lejos y maneras aún más lejanas de las que yo considero nobles y humanas».

«Sin ánimos de victimizarme y siendo consciente siempre de lo que hice así como de lo que no hice, fuera del marco legal mantengo tranquila mi consciencia por nunca haber rebasado los límites de un prójimo y siempre haber actuado considerando su disposición».

«Hoy estoy encerrado y esta es solo una parte de mi angustia, siendo esta rebasada por el hecho de no estar con mis seres queridos, familia y amigos, lejos de mis proyectos personales y grupales, triste profundamente porque no solo me afecta a mí sino a todos aquellos que confían en mí y están poniendo su fuerza y voluntad para que recupere mi libertad y así juntos seguir adelante con todo lo que hoy por lo que una injusticia está pausado».

Y la firma, «Thomas Domínguez».