Acerca de la renta básica universal

Por Pablo Sercovich

 

Necesitamos urgente poner en funcionamiento una Renta Básica Universal, y no hay instituciones globales que se ocupenTampoco lo está impulsando la clase política en general, solo hay movimientos aislados y desconectados que lo estamos reclamando. Por eso es que tenemos que militar para que sea un derecho.

La llegada del covid en diciembre de 2019 y su transformación en pandemia a partir de 2020 permitió, como consecuencia de la crisis económica, una oportunidad para reflexionar sobre la crudeza del funcionamiento del mercado y el capitalismo financiero. Sin un Estado presente, sobre todo en seguridad, educación y asistencia económica a particulares y empresas, la subsistencia pasó a ser imposible para la mayoría de la población en gran parte de 2020 y 2021.

 

A partir de esta experiencia, la Renta Básica Universal es imprescindible, como también una reforma tributaria que permita financiarla, en un contexto en el que quienes pagan más impuestos siguen siendo los sectores populares. Los recursos que faltan en el Estado están en la evasión que hacen los actores de un poder real que abusa de su posición dominante.

 

Actualmente la mayoría de los medios de producción de riquezas están en manos de corporaciones extranjeras que manejan los alimentos, los recursos naturales, los medicamentos, los servicios y las telecomunicaciones. Ahí tiene que tener un rol protagónico el Estado para administrar esos recursos, cobrar tributos acordes a la rentabilidad que tienen y fortalecer a las empresas nacionales que generen empleos sin explotar a los trabajadores.

Tenemos que pasar de discutir la pobreza a discutir la riqueza. Y en este sentido desde el Congreso de la Nación se está haciendo un aporte importante con el proyecto de ley de Salario Básico Universal para mayores de 18 años, desempleados, con trabajos precarios, o aún con trabajo en relación de dependencia, que perciban un importe inferior a los $49.600 pesos que se fija como tope la categoría A. Se trata de un salario a financiar con parte de lo que hoy es nuestro Producto Interno Bruto. El costo de financiación está estimado en un porcentaje de nuestro PBI que varía del 2,1%  y  un 2,8 %

Nuestra propuesta por una Renta Básica Universal es mucho más ambiciosa, masiva, y revolucionaria. Somos conscientes de los obstáculos, sabemos que no somos ni los dueños del capital ni tenemos en nuestro poder grandes medios de comunicación. Por eso es que vamos a luchar con un recurso más grande que cualquier capital: la movilización y la organización popular.

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